Esther González defiende una proposición no de ley, aprobada por unanimidad, para que el SCS cubra el acceso a sistemas como lectores oculares.
Nueva Canarias (NC) concitó hoy el apoyo unánime del pleno del Parlamento para que los pacientes con trastornos neuromotores graves puedan acceder a sistemas de comunicación, como los lectores oculares y aplicaciones informáticas de comunicación táctil, que garanticen su autonomía personal. La parlamentaria de NC Esther González defendió la proposición no de ley que solicita al Servicio Canario de la Salud (SCS) que cubra el acceso a este tipo de sistemas, destinados a personas con afecciones severas como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), la parálisis cerebral infantil y el traumatismo craneoencefálico.
La iniciativa aprobada, e impulsada en colaboración con el dirigente de los canaristas progresistas de Candelaría, Óliver Déniz; insta al Gobierno a incluir, en el catálogo canario de productos ortoprotésicos, los sistemas de comunicación que tienen la consideración de productos sanitarios para los pacientes con trastornos neuromotores graves, al igual que se encuentran recogidos en la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud. Además de que se pide que se desarrollen los procedimientos y protocolos para su materialización efectiva.
La diputada de NC dijo que, en las islas, hay 123.954 personas que tienen reconocido un grado de discapacidad igual o superior al 33%, el 5,7% de la población, de los que más del 62% son mujeres. Los pacientes con trastornos neuromotores graves en fases avanzadas, tal y como señaló, pierden totalmente la capacidad de comunicación con su entorno, lo que supone un agravante de su situación.
Con respecto a las personas con discapacidad neuromuscular, de los 7.351 casos reconocidos, la parlamentaria de NC afirmó que la mayoría, 4.069 personas, se encuentra entre el tramo de los 35 años a los 64 años.
“Hablamos de personas con afecciones severas”, agregó, como la ELA, la trombosis de la arteria basilar, la parálisis cerebral infantil y el traumatismo craneoencefálico, entre los principales. Para estos pacientes, según Esther González, los sistemas de comunicación por control de la mirada permiten controlar dispositivos, expresarse de manera autónoma, hablar a través de teclados virtuales y voz sintetizada, navegar por Internet, utilizar las redes sociales e incluso aprender a leer y escribir.
Se trata de que las personas que no pueden comunicarse a través del habla interactúen con su entorno, se expresen y se favorezca la participación en actividades cotidianas
La comunicación, para González, es un derecho y el eje de la autodeterminación de cualquier persona. En el caso de los menores sin habla oral es el vehículo del aprendizaje y la llave a una inclusión real en las aulas.
La parálisis cerebral infantil, o cuando se precisa la comunicación a través de lector ocular en edad pediátrica, los dispositivos, “de los que estamos hablando, ayudan a desarrollar” la lectoescritura, impulsan las habilidades comunicativas funcionales, proporcionan el soporte necesario para poder seguir el currículum escolar y fomentan la participación, potenciando las habilidades sociales, subrayó la portavoz de NC.
Con carácter general, indicó que cada paciente es diferente, por lo que la prescripción debe realizarse tras una valoración profesional. Para ello, se deben crear protocolos de actuación y prescripción, realizados por profesionales especializados, para que todas las personas que lo precisen accedan a los citados sistemas de comunicación. Con independencia de su diagnóstico y edad, precisó.