Uno de los prioritarios retos de la actual sociedad canaria es afrontar de forma decidida la realidad del envejecimiento de una parte importante de la misma por el incremento de la esperanza de vida; lo que supone, entre otros factores, una mayor presencia de patologías crónicas, así como de los problemas vinculados a una situación de soledad no deseada. Por tanto, las políticas de los cuidados y del desarrollo de una vida autónoma y digna para nuestros mayores deben continuar siendo ejes fundamentales del trabajo que Nueva Canarias-Bloque Canarista desarrolle en las instituciones que se conformen tras las elecciones del próximo día 28. Ello exige un mayor esfuerzo en intervenciones transversales, tanto sanitarias como sociosanitarias, así como en materia de vivienda y de ocio. En nuestros programas para estos comicios del 28M, tanto en el nacional como en los insulares y locales, damos gran relevancia a estos asuntos.
La soledad constituye, sin duda, un grave y creciente problema de las sociedades contemporáneas. La soledad no deseada afecta cada vez a más sectores de la sociedad, pero se agrava de manera muy relevante en el caso de las personas mayores: diversas investigaciones señalan que el 40% presenta soledad emocional; lo que supone significativos impactos en el bienestar psicológico y en el conjunto de la salud. Y coinciden, además, en los mayores niveles de riesgo que padecen las personas que tienen menos recursos económicos.
Esa extensión de la soledad y sus duras consecuencias ha llevado a estados con culturas tan distintas como Japón o el Reino Unido a constituir sus respectivos Ministerios de la Soledad; en el caso de este último, el Reino Unido, los estudios señalan que el 50% de las personas mayores de 75 años viven solas. En Canarias, se calcula que unos 60.000 hombres y mujeres mayores se encuentran en situación de soledad no deseada. No es en modo alguno un asunto menor y hay que abordarlo con rigor si queremos tener una sociedad más justa y equilibrada.
La soledad no deseada afecta cada vez a más sectores de la sociedad, pero se agrava de manera muy relevante en el caso de las personas mayores
Servicios públicos
Para las profesoras y consultoras Marta Román Rivas y Begoña Pernas Riaño, integrantes del Colectivo de Mujeres Urbanistas, además de la imprescindible implementación de unos servicios públicos de calidad en el ámbito de los cuidados, hay todo un conjunto de medidas que, desde la intervención urbana, pueden contribuir a la generación de lazos sociales que beneficien, entre otros grupos, a nuestros mayores.
Entre ellas, Román Rivas y Pernas Riaño destacan “el calmado del tráfico, el diseño abierto de los equipamientos y su uso múltiple (por diferentes colectivos y en diferentes tiempos), el impulso a la participación social y la vida asociativa, la promoción de viviendas con zonas comunes y espacios de sociabilidad, etcétera”. Como señalaba recientemente Robert Waldinger, psiquiatra, profesor de Harvard y director del Estudio de Desarrollo Adulto de Harvard, “quienes tienen relaciones humanas sólidas envejecen con más salud y son más longevos”.
La crisis de los cuidados se produce por la combinación de numerosos factores. Entre ellos, los cambios sociales y familiares, el aumento de situaciones de dependencia vinculadas a la mayor esperanza de vida y a situaciones de discapacidad, la debilidad de las redes de apoyo y las insuficientes respuestas públicas pese a contar desde 2006 con la ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, más conocida por la ley de la dependencia, que transformó en derecho lo que hasta entonces era objeto de caridad.
Se trata de una crisis que, evidentemente, no afecta por igual a toda la sociedad, con sectores que, por sus condiciones económicas, pueden permitirse pagar y externalizar los mismos, recayendo estos mayoritariamente en mujeres, buena parte de ellas inmigrantes. Y con otros sectores sin posibilidad alguna de poder hacerlo; por eso, resulta trascendental el papel de las administraciones públicas en este asunto.
La crisis de los cuidados se produce por la combinación de numerosos factores. Entre ellos, los cambios sociales y familiares o el aumento de situaciones de dependencia vinculadas a la mayor esperanza de vida y a situaciones de discapacidad
80% en las mujeres
Pese a los avances experimentados por Canarias en la legislatura 2019-2023, partiendo de una situación de enorme atraso denunciada reiteradamente por los informes anuales de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, queda todavía mucho por hacer en este ámbito para situarnos en los niveles que la sociedad canaria demanda y merece. Es urgente superar los actuales déficits en la aplicación de la Ley de la Dependencia, que daña a las personas afectadas y que hace que los cuidados de los dependientes recaigan sobre los familiares, fundamentalmente las mujeres. Los estudios señalan que en estas recae el 80% del tiempo que se dedica a cuidados de nuestros mayores.
Entre nuestras propuestas programáticas para estos comicios del 28M, se encuentra ofrecer una atención sociosanitaria de calidad, con suficientes plazas y con profesionales cualificados. Así como apostar de forma decidida por un modelo de atención sociosanitaria desinstitucionalizado, impulsando modelos residenciales más amables y menos masificados como son las viviendas colaborativas o cohousing. Sin descartar otras fórmulas innovadoras en la misma línea. Es preciso, además, extender la teleasistencia como complementaria a la atención presencial.
Asimismo, proponemos implementar mecanismos de mejora de la política de cuidados y humanización, en el que juega un importante papel el personal de enfermería, tanto en prevención como en educación, generando en el Gobierno de Canarias un centro de directivo de Cuidados a las Personas y Humanización de los servicios.
Por otra parte, en Nueva Canarias-Bloque Canarista consideramos que las instituciones públicas deben garantizar que la gestión de los servicios sociales especializados en el cuidado de las personas y su bienestar se realice partiendo de la perspectiva de género, teniendo presente que recae fundamentalmente sobre las mujeres esta función, tanto en el ámbito doméstico como en el de los servicios profesionales. Se debe, además, incluir en los programas de intervención medidas de apoyo a las personas que en el ámbito doméstico realizan estas labores de cuidado.
Sin olvidar que atender adecuadamente a las personas mayores en situación de vulnerabilidad es uno de los objetivos de la Renta Canaria de Ciudadanía, que se destina, entre otros colectivos, a los pensionistas con rentas insuficientes, especialmente a los beneficiarios de pensiones no contributivas, situación esta última que afecta mayoritariamente a las mujeres. Esta próxima legislatura debe ser la de la plena extensión y consolidación de la Renta Canaria de Ciudadanía.
En definitiva, para Nueva Canarias-Bloque Canarista las políticas de cuidados que garanticen los niveles más elevados de autonomía personal y de vida digna a nuestros mayores constituyen una prioridad política y social a la que hay que ofrecer adecuadas respuestas sin dilaciones. El conjunto de las instituciones públicas y la sociedad canaria deben comprometerse de manera firme con actuaciones sanitarias, sociosanitarias, urbanísticas, de vivienda, de ocio y relacionales, para que sean una fructífera realidad.