Canarismo en marcha

 

Tras la celebración en abril del pasado año de nuestro V Congreso Nacional en Nueva Canarias hemos venido multiplicando esfuerzos para ampliar nuestro espacio sociopolítico, el del canarismo progresista. Lo planteamos desde el diálogo abierto con numerosas organizaciones locales de todas las islas con las que compartimos preocupaciones y, asimismo, propuestas para mejorar las condiciones económicas, sociales, territoriales y ambientales de esta tierra. Respetando los respectivos ámbitos de actuación municipales, pero comprometiéndonos en un proyecto común para toda Canarias. Nos definimos entonces como una organización canarista –integradora de personas y grupos con distintas sensibilidades nacionalistas, autonomistas o federalistas– que toma sus decisiones desde y para Canarias.

El canarismo no es un término nuevo, aunque su extensión en el uso partidario y mediático sí sea algo relativamente reciente. Si miramos al comienzo de la etapa democrática, encontramos un canarismo embrionario en el nacionalismo canario de los años setenta, esencialmente autodeterminista y con la Unión del Pueblo Canario (UPC) como organización más representativa. Desde un izquierdismo de obediencia canaria que recelaba profundamente del proceso autonómico que comenzaba a gestarse.

También lo hallamos en el surgimiento en esa misma etapa de Asamblea de Vecinos (AV), posteriormente Asamblea Canaria (AC) en Gran Canaria, con un gran compromiso municipalista que transformó realidades locales caracterizadas por las numerosas carencias en infraestructuras y servicios.  En la gran base unitaria y el enorme apoyo popular que consiguió la fundacional Asamblea Majorera (AM). O en el nacimiento de Asamblea Herreña Independiente (AHI), que en unos meses cumple cuarenta y cinco años de fructífera existencia en la defensa de los intereses de su isla. Organizaciones que desde sus inicios defendieron que Canarias alcanzara los máximos niveles de autogobierno.

Luego vendrían otras experiencias, progresistas o conservadoras, insularistas o de inspiración archipelágica, minoritarias o con un importante respaldo popular en las urnas, con mayor o menor recorrido en el tiempo, Entre ellas las Agrupaciones Independientes de Canarias (AIC) e Iniciativa Canaria (ICAN), fundamentales para que fuera posible Coalición Canaria (CC) en la primera mitad de los años noventa. Sin olvidar a un simbólico e histórico Partido Nacionalista Canario (PNC).

Directrices.

Fue fundamental el entendimiento ente distintas fuerzas canaristas para que CC existiera, para que llegara a gobernar esta comunidad y para que lo hiciera inicialmente desde un enorme equilibrio territorial y, también, entre sus distintas culturas y procedencias ideológicas. Lo que posibilitó políticas progresistas en los grandes servicios públicos, correspondiendo en 1994 la realización de las transferencias sanitarias, la creación del 061 y del propio Servicio Canario de Salud (SCS), y el desarrollo de un enorme crecimiento de instalaciones, tanto centros de salud como hospitales, en todas las islas. Y, asimismo, en el ámbito de la protección del territorio y del medioambiente, con la aprobación de la ley de espacios naturales de Canarias (1994) o la ley de declaración del barranco de Veneguera como espacio natural protegido (2003). 

Así como la ley de medidas urgentes de 2001, más conocida como ley de moratoria, o las leyes de directrices de ordenación general y las directrices de ordenación del turismo de 2003. Esta última, la ley de directrices turísticas, diseñaba un nuevo e imprescindible modelo, desde la diversificación, los límites al crecimiento, la cualificación de la oferta, la renovación de la planta y la rehabilitación de las ciudades turísticas, así como la no ocupación de más suelo. Los gobiernos posteriores de CC la fueron incumpliendo y desvirtuando. 

Una unidad canarista que permitió impulsar, asimismo, la aprobación en el Parlamento de Canarias de la ley de Prevención y Protección Integral de las Mujeres contra la Violencia de Género, que muchos y muchas consideran muy avanzada por reconocer como víctimas no solo a las mujeres que sufren esta violencia en el ámbito de la pareja o expareja. Incluyendo en su texto otras formas de violencia como la paterno-filial, así como la violencia laboral o social hacia las mujeres. 

Por otra parte, aunque el debate demográfico se ha vuelto a abrir ahora, a principios de siglo impulsamos el Comité de expertos sobre población e inmigración en Canarias, multidisciplinar en lo académico y plural en el ámbito político, que presentó sus conclusiones en el año 2003. 

Canarismo hoy

El canarismo es un espacio que combina estricta obediencia canaria y compromiso con el autogobierno. Y que, desde su peso político, ha influido en las transformaciones que ha experimentado nuestro Estatuto y nuestro REF, así como en la consideración de Canarias como región ultraperiférica y la adecuada defensa de nuestras especificidades en una Unión Europea poco dada a tratamientos diferenciales.

Hoy, en las puertas del debate sobre la nacionalidad que se celebrará la próxima semana en el Parlamento, Canarias se recupera tras el duro golpe que supuso la pandemia y el confinamiento. Los datos económicos de 2022 son muy positivos, con un importante crecimiento del PIB, que algunos analistas estiman por encima del 10%. Y con una tasa de desempleo en la última EPA de 2022 que se sitúa a 1,7 puntos porcentuales de la tasa estatal, lo que no sucedía desde el año 2005. Con más de 990.000 ocupados, lo que supone una variación interanual de 52.800 ocupados más. Con 50.100 parados menos que a finales de 2021. Los datos de empleo son mejores que los que había antes de la pandemia.

Para salir de esta última crisis ha sido muy importante el papel desarrollado por el sector público, completamente distinto al austericidio de la anterior crisis financiera. En nuestro caso, con presupuestos canarios expansivos, los mayores de nuestra historia, con rebajas fiscales específicas para sectores y personas más afectadas, y sin elevar la deuda, no condicionando, por tanto, el futuro y siendo responsables. Volcados en los servicios públicos, el apoyo a los sectores económicos y la inversión, así como la protección de las personas más vulnerables.

Conseguir más y mejor empleo resulta esencial para esta Canarias de la tercera década de siglo XXI. Como lo es mejorar los servicios públicos que tanto influyen en la equidad y en la calidad de vida de las personas. Y todo ello obliga, una vez más, a reflexionar sobre nuestro modelo de desarrollo para que esté al servicio de quienes habitamos aquí. Creciendo de manera modulada, autocentrada e inteligente para vivir mejor.

Ante las elecciones del próximo 28 de mayo, Nueva Canarias viene tejiendo alianzas con numerosas organizaciones canaristas de ámbito local para ampliar su base social y electoral. Para intentar defender y representar en todos los ámbitos institucionales los intereses de la mayoría de la sociedad del Archipiélago: jóvenes y pensionistas, personas con trabajo y desempleadas, urbanitas y gente del mundo rural, pequeños y medianos empresarios, autónomos y profesionales liberales, trabajadores de la cultura, canarios y canarias de la diáspora, nacidos en las Islas o canarios de adopción…

Las políticas de cuidados y la mayor equidad social, la sostenibilidad ambiental y territorial, la diversificación económica, los avances en soberanía alimentaria, hídrica y energética, la apuesta por la educación y la cultura, la plena igualdad entre mujeres y hombres, la movilidad sostenible, la preservación de los elementos que conforman nuestra identidad como pueblo, deben ser algunos de los componentes esenciales del ideario canarista. Estoy convencido de que son alcanzables desde el ejercicio del autogobierno, la buena gobernanza y los grandes acuerdos de país que deben marcar el devenir de Canarias en las próximas décadas.