El candidato a la Presidencia del Gobierno de NC-BC exige a Pedro Sánchez una norma para distribuir a los menores no acompañados entre las comunidades
El candidato a la Presidencia del Gobierno de Canarias por Nueva Canarias-Bloque Canarista (NC-BC) a las elecciones del próximo 28 de mayo, Román Rodríguez, reclamó hoy al Estado y la Unión Europea (UE) una política migratoria y de asilo para Canarias “clara y definida” que reconozca la condición del Archipiélago como frontera sur con el continente africano. El candidato de NC exigió al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, una norma para distribuir a los menores migrantes no acompañados entre todas las comunidades españolas. Nueva Canarias mantiene que estas medidas tienen que ir acompañadas de una potente política de cooperación al desarrollo, un esfuerzo de Madrid para desligar los movimientos migratorios de las relaciones con Marruecos y para dar participación a las instituciones canarias en los asuntos que le afectan.
Junto con la candidata de NC-Frente Amplio Canarista al Cabildo de Gran Canaria, Leticia Hernández, muy comprometida en materia de migraciones solidaridad; y Tema Santana, especializado en migraciones, el candidato de NC abordó las medidas sectoriales del plan de país para vivir y crecer mejor a defender en la próxima legislatura.
Ante la enorme dimensión de arbitrar y gestionar una política que debe girar en torno al respeto a los derechos humanos y las consecuencias sociales y económicas derivadas de las crisis políticas y climática en el continente vecino, Román Rodríguez demandó la definición de otra política migratoria y de asilo de la Unión para Canarias, que hoy está “muy por debajo de las necesidades” y que debe ser “clara y definida”.
Ni Europa ni el Gobierno del Estado, en opinión de Rodríguez, han estado a la altura de las circunstancias permanentes y situaciones vividas en el Archipiélago.
Señaló la responsabilidad de Pedro Sánchez, con la asunción de la Presidencia de la UE durante el segundo semestre de este año, para dar un “impulso a ese gran acuerdo” con el fin de gestionar, “de manera responsable”, una realidad que no va a desaparecer.
Para el candidato del canarismo de progreso, una de las “quiebras” en las relaciones entre Canarias con Madrid es que “nos hemos sentido solos” en la gestión de los menores no acompañados. “No es sostenible” que la sociedad canaria se responsabilice, “casi en exclusiva”, de la atención e integración de unos 2.000 menores, el número de personas hoy acogidas en las islas pero que cambia en función de la intensidad de los flujos.
La derivación de los mismos, al igual que se arbitró con los adultos, tiene que ser “legal” y que vincule a todos los territorios del Estado, demandó el candidato a la Presidencia del Gobierno canario. Txema Santana, para poder planificar en condiciones y superar un sistema que hoy está “fracturado”, planteó un mecanismo de traslados “ágil, seguro y predecible”, que no dependa del “azar” o sensibilidad de las comunidades.
Para Canarias, en opinión de Román Rodríguez, es un problema de “primer orden estratégico y estructural que precisa de medidas operativas”. De ahí que, en el ámbito de la comunidad canaria, planteó la creación de la figura del comisionado en la estructura del próximo Gobierno al mismo tiempo que reclamó el cumplimiento del Estatuto de 2018 al exigir que las instituciones públicas canarias participen de las decisiones estatales que impliquen al Archipiélago. “Necesitamos que nuestra experiencia, capacidad, conocimiento y sensibilidad se ponga el servicio” de un “potente” entendimiento entre Canarias y España.
En paralelo, el candidato a la Presidencia de NC-BC indicó que Bruselas tiene que hacer un esfuerzo en materia de cooperación “responsable y generosa” con los países africanos para fijar la población y facilitar el desarrollo de sus ciudadanos
Por último, Román Rodríguez abordó las relaciones de España y la UE con Marruecos, y sus “no siempre legítimos” intereses como con el pueblo saharaui, para demandar que los movimientos migratorios “no se mezclen” con el resto de la política exterior. El objetivo pasa por evitar que se conviertan en un “instrumento de chantaje”, advirtió.