Los canaristas alertan que, de cumplirse las tesis marroquíes sobre el Sáhara Occidental apoyadas por el Gobierno de España y Canarias, sería muy mala noticia para los intereses de las islas
Nueva Canarias-Bloque Canarista (NC-bc) en Lanzarote y La Graciosa organizó en la tarde del lunes una mesa de debate sobre el conflicto presente en el Sáhara Occidental, donde pudieron participar un amplio elenco de personalidades referentes de la política, la cultura y la sociedad civil.
Siguiendo con la programación que se han propuesto realizar los canaristas, en el Centro Sociocultural de Valterra se dieron cita el político y activista Carmelo Ramírez, presidente de la Federación Estatal de Instituciones Solidarias con el Sáhara; Alisalem Salama, Delegado del Frente Polisario en Canarias; Miguel Ángel Rodríguez, presidente de la Asociación Cruz del Mar; José Pérez Dorta, divulgador sobre el Sáhara Occidental; y Bachir Mansur, representante del colectivo de inmigrantes de Lanzarote. Esta mesa fue moderada por Belén Machín, presidenta de NC-bc de Teguise y secretaria insular de Cultura e Identidad canaria de la organización canarista.
La jornada comenzó con una exposición teórica de José Pérez Dorta que disertó sobre los antecedentes del conflicto saharaui y sus implicaciones tanto para el norte africano continental como para Canarias. Recordó la vinculación histórica del pueblo canario y saharaui, donde hace apenas 50 años el Sáhara Occidental representaba una provincia más de España con los mismos derechos y deberes que cualquier ciudadano canario y peninsular. “España les dejó con el carné de español en la mano, pero sin Estado a quien reclamar sus derechos”, comentó Pérez Dorta.
Por su parte, Carmelo Ramírez insistió en la importancia de seguir circunscribiendo el conflicto saharaui como un proceso de descolonización, dado que el Sahara Occidental tiene reconocido internacionalmente su derecho a la autodeterminación e independencia que deberá ser canalizado a través de un referéndum que se dictaminó por parte de la ONU en 1991 como resolución al conflicto. Este referéndum no se ha celebrado, dice Ramírez, “por el bloqueo del Reino de Marruecos que sigue empeñado en ocupar el territorio saharaui en una visión expansionista que también incorpora a Canarias”.
“Un Sáhara Occidental marroquí pondría en graves problemas los intereses de Canarias, puesto que se ampliará sus aguas territoriales hasta pocas millas de las islas y se harían con el control de los recursos minerales y las tierras raras que están en aguas limítrofes a Canarias”, señala Carmelo Ramírez, que no entiende el giro del gobierno de Pedro Sánchez asumiendo las tesis de anexión de Marruecos que pretenden que el Sáhara Occidental sea una autonomía del reino; pero mucho menos la postura del Gobierno de Canarias y su presidente, Fernando Clavijo, en lo que califica de “traición al pueblo saharaui y a la postura histórica de las instituciones canarias y del nacionalismo canario”.
El delegado del Frente Polisario, Alisalem Salama, recordó la responsabilidad que aún mantiene España con el Sahara Occidental puesto que es potencia colonizadora y administrativa y tiene que velar por que el conflicto se resuelva según los criterios marcados por la ONU, esto es, “que el pueblo saharaui decida sobre su propio destino”.
De la misma forma señaló la realidad que vive su pueblo, dividido entre los campos de refugiados de Tinduf (Argelia) y el territorio saharaui ocupado por Marruecos, en una fragmentación que dura ya 50 años. “Vivimos en guerra. En estos últimos cuatro años ha habido más de cien asesinatos por parte del ejército marroquí. Nuestro territorio está lleno de minas antipersonas puestas por Marruecos, unas 8 minas por persona”, comenta Alisalem Salama, que “no pierde el ánimo a seguir luchando por la libertad de su pueblo y desvincula las declaraciones del presidente Fernando Clavijo a la sensibilidad del pueblo canario”.
Emotivo fue el relato de Miguel Ángel Rodríguez, superviviente de la tragedia del Cruz del Mar, pesquero lanzaroteño que fue ametrallado en las costas africanas en 1978. Este atentado está lleno de incógnitas sin resolver, puesto que históricamente se le ha acuñado la responsabilidad al Frente Polisario, pero en cambio, muchos reconocen que los indicios apuntan a una trama marroquí para poner en contra del pueblo saharaui a la población canaria y española.
No obstante, Rodríguez insiste en la “obligación de las instituciones españolas de esclarecer lo sucedido, puesto que hasta ahora no han tenido ningún interés”.
Con todo, desde NC-bc seguirán divulgando y promoviendo la realidad que se vive en un territorio muy cercano a las islas y con vínculos históricos con el pueblo canario, como quedó patente ayer con relatos emotivos del público recordando vivencias y anécdotas en el Sahara Occidental en lo que califican como “una isla canaria más”.